DIMELO CANTANDO!!

jueves, agosto 28, 2008

Pregunto...

Por qué la gente viste a los morochos o a los hijos de edades cercanas con ropas iguales?

Yo digo que cada chamo, así sean morochos, es diferente de su hermano. Es que creen que al vestirlos iguales serán más unidos? Si no los visten iguales nadie se va a dar cuenta de que son morochos? O si se llevan un año o dos, vestirlos iguales los hace ver más hermanos?

Qué pensarán esos chamos cuando sean grandes y se vean en las fotos vestidos igual? Y qué pensará el NIÑO que ví hoy, cuyos padres lo llevaban vestido igual que su HERMANA, si llegan a sacarles alguna foto vestidos así??

Yo mínimo los demando...o al menos que me paguen el psicólogo...jajajajaja

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lunes, agosto 18, 2008

"...el reloj de esperar siempre atrasa..."

Cuando yo estaba en bachilerato, uno de los MUCHOS libros que me tocó leer (por haber estudiado humanidades siento como si hubiera leído casi todos los libros del mundo) fue "Los Arboles Mueren de Pie" de Alejandro Casona.
No recuerdo mucho la trama (es una obra de teatro). Sólo que había una abuela que esperaba ansiosa el regreso de su nieto después de varios años sin verlo, pero en realidad el que volvía no era el nieto sino alguien a quien el abuelo le había pagado para hacerse pasar por el nieto, porque el verdadero era un desgraciado.
En fin que pasan varios días juntos y llega el momento en que el falso nieto y su supuesta esposa deben irse, por lo que todos están tristes por la partida. La criada de la casa (creo) comenta cuán rápido pasaron esos días con ellos, a diferencia de los días previos a su llegada que parecían eternos.
Y entonces dice algo que es lo único que se me quedó grabado textualmente del libro: "hay un reloj de esperar y otro de despedirse; el de esperar siempre atrasa". Y yo le agrego siempre que, en cambio, el de despedirse siempre se adelanta.
En efecto, los días previos a la llegada de Rigo parecían siglos. Cada día que descontaba del calendario se multiplicaba por tres. En cambio estas tres semanas con ella pasaron tan rápido que ya la extraño como si hubieran pasado meses desde que se fue. Por qué será que el tiempo nos juega siempre haciendo trampa y cuando estamos con los que amamos nunca se hace suficiente? Siempre nos queda la sensación de que hemos debido hablar más, compartir más, decir algo que no sabemos muy bien qué es pero aún así sentimos que faltó...
Hoy me gusta menos que nunca este océano que nos separa, quizás porque no sé cuando podremos cruzarlo de nuevo en un sentido u otro. Y aunque la promesa sea que en un par de meses, o 6 o 12, la realidad es que cada día es como un siglo. Y hacer la multiplicación se me hace peor.
Tengo un gran puchero en la cara y en el corazón...

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