Pura nostalgia
Cuando yo estaba por viajar a visitar a Rigo la gente me decía que viajar a Europa me cambiaría para siempre, que ya no volvería a ser la misma.
Cuando volví lo que sentía era pena del desastre que es nuestro país. Básicamente. Que aquí los motorizados y camioneteros hagan lo que les da la gana, que la gente bote la basura donde le da la gana, por nombras sólo dos cosas, me daba pena.
De resto, no sentía mayor cambio. Pensé que eran sifrinerías de la gente y nada más.
Pero he notado que me pasa una cosa curiosa. Cuando veo las fotos del viaje, es inevitable que se me agüe el guarapo. Y no sólo por lo mucho que extraño a Rigo.
Y hay fotos que me causan más nostalgia que otras. Las de París por ejemplo son terribles. Siempre termino con los ojos aguarapaos y un nudo en la garganta.
Y eso no me había pasado antes. Es decir, al volver de Margarita de unas vacaciones jamás veía las fotos suspirando. Y mucho menos pensé en mudarme a Margarita.
Pero veo las fotos del viaje y no se imaginan cuanto deseo volver a caminar esas calles, respirar ese aire, visitar lo que no me dio tiempo de conocer, ir de nuevo y no sólo ir sino quedarme para siempre.
Porque resulta que he notado también que cada día pienso con mayor seriedad en la posibilidad de irme. No sé a hacer qué ni cómo, simplemente irme.
Y no es sólo por cómo están las cosas aquí políticamente. Lo que está pasando me preocupa. Pero siempre me ha preocupado y nunca había considerado tan seriamente dejar mi país. Y mi familia. Pero lo estoy pensando.
Sé que ir de vacaciones a un lugar no es lo mismo que vivir a diario allí. Lo sé. Y quizás precisamente por eso es que me quiero ir.
Creo que mis amigos tenían razón. Ya no soy la misma.
Cuando volví lo que sentía era pena del desastre que es nuestro país. Básicamente. Que aquí los motorizados y camioneteros hagan lo que les da la gana, que la gente bote la basura donde le da la gana, por nombras sólo dos cosas, me daba pena.
De resto, no sentía mayor cambio. Pensé que eran sifrinerías de la gente y nada más.
Pero he notado que me pasa una cosa curiosa. Cuando veo las fotos del viaje, es inevitable que se me agüe el guarapo. Y no sólo por lo mucho que extraño a Rigo.
Y hay fotos que me causan más nostalgia que otras. Las de París por ejemplo son terribles. Siempre termino con los ojos aguarapaos y un nudo en la garganta.
Y eso no me había pasado antes. Es decir, al volver de Margarita de unas vacaciones jamás veía las fotos suspirando. Y mucho menos pensé en mudarme a Margarita.
Pero veo las fotos del viaje y no se imaginan cuanto deseo volver a caminar esas calles, respirar ese aire, visitar lo que no me dio tiempo de conocer, ir de nuevo y no sólo ir sino quedarme para siempre.
Porque resulta que he notado también que cada día pienso con mayor seriedad en la posibilidad de irme. No sé a hacer qué ni cómo, simplemente irme.
Y no es sólo por cómo están las cosas aquí políticamente. Lo que está pasando me preocupa. Pero siempre me ha preocupado y nunca había considerado tan seriamente dejar mi país. Y mi familia. Pero lo estoy pensando.
Sé que ir de vacaciones a un lugar no es lo mismo que vivir a diario allí. Lo sé. Y quizás precisamente por eso es que me quiero ir.
Creo que mis amigos tenían razón. Ya no soy la misma.
Etiquetas: mis vacaciones, nostalgia, vainas mias