"Cuando se tiene un hijo, se tiene al hijo de la casa y al de la calle entera..."

Hoy que amanecimos con la noticia del asesinato de los hermanos Faddoul se me hace imposible no ponerme en el lugar de la madre y los familiares de esos niños. Pero sobre todo de la madre.

No me malinterpreten, no es feminismo ni nada de eso, pero es que como soy mamá es lo primero que pienso. No puedo, no quiero imaginarme lo que se debe sentir en una situación así. Si cuando mi princesa se enferma ando pendiente, preocupada, me levanto en la madrugada para tocarle la cabecita a ver si tiene fiebre, estoy en el trabajo y es pensando en cómo estará...no me imagino lo que sería pasar siquiera unas horas sin saber cómo está o qué le pueden estar haciendo.

Porque es así como lo dice Andrés Eloy Blanco, cuando uno tiene un hijo se alegra con la felicidad de los hijos de otros y llora por ellos casi como si fueran propios. Y en este caso tan horrible uno se llena también de impotencia, de rabia y de tristeza, aunque sé que debe ser algo infinitesimal comparado con lo que debe sentir la familia Faddoul. Uno se llena de preguntas, sobre todo de por qués: por qué esos niños, por qué los mataron, por qué pasan estas cosas...habrá quienes se pregunten por qué Dios permite que unos niños sufran así. Yo no soy quien para cuestionar los designios del Señor, pero creo que es inevitable pensarlo no?

Rezo para que estas cosas dejen de suceder, para que nunca nadie cercano, ni conocido, ni desconocido pase por una situación así. Rezo para que Dios proteja siempre a mi hija y a "todos los hijos de la tierra". Rezo para que encuentren a los asesinos y paguen como sea que tengan que pagar. Rezo para que la familia Faddoul encuentre consuelo y paz y sobre todo justicia. Rezo para que, aunque nada pueda ya revertir lo sucedido, este caso no vaya a pasar como uno más, como tantos otros que quedan sin respuesta.

Rezo, rezo mucho para no tener que dejarle a mi hija y a mis nietos y a todos mis otros hijos "de la calle entera" un mundo así.